David Byrne exige transparencia a las discográficas y los servicios de ‘streaming’

Cultura

David Byrne exige transparencia a las discográficas y los servicios de ‘streaming’

David Byrne, excomponente de Talking Heads

El excomponente de Talking Heads publica un artículo de opinión muy duro en New York Times contra el actual modelo de negocio. Si alguien pensaba que las viejas discográficas iban a ser derrotadas por Internet quizá estaba equivocado. Los sellos de siempre, agrupados ahora en unas pocas corporaciones omnipotentes parecen habérselas apañado para restaurar el orden anterior a la crisis provocada por la Red.

Más aún. Ahora quizá sean más poderosas e implacables. Todo gracias a su alianza con los servicios de ‘streaming‘, la supuesta esperanza de la industria para asegurar su supervivencia en un medio hostil. Y, como antes, como siempre, todo a costa de los artistas y los creadores.

O esa es la opinión de un número cada vez más amplio de profesionales del sector que, además, no están dispuestos a que la supuesta conspiración se consolide. Algunos de ellos, como Taylor Swift o Jay Z, ya han denunciado el modelo. Pero, David Byrne, el antiguo líder de la banda de culto Talking Heads parece dispuesto a ir aún más lejos.

De momento, ha sacudido los cimientos del negocio tras publicar un artículo de opinión en el diario ‘The New York Times’, en el que exige a discográficas y servicios de ‘streaming’ que hagan públicos inmediatamente sus contratos de reparto de royalties.

Según Byrne, en este momento, el oscurantismo es tal que nadie sabe exactamente lo que unos y otros hacen con un dinero que, sencillamente no llega al artista. El propio cantante, por ejemplo, se dirigió a Apple, para conocer los términos del contrato referente a sus canciones y le contestaron que esa información sólo se le podía proporcionar a los propietarios de los sellos discográficos.

Como el exlider de Talking Heads también es dueño de su propia discográfica, lo intentó de nuevo. Para recibir otra negativa. No le permitían conocer directamente los detalles del pacto subscrito con su distribuidora. Ni, por supuesto, dejarle ver los contratos. A cambio, le sugerían que su ‘abogado’ se pusiera en contacto con los representantes legales de la empresa de ‘streaming’. Ya que por esta vía quizá le respondieran algunas preguntas.

De modo que el problema vuelve a ser el que era antes de Internet. Ahora que los fans están dispuestos de nuevo a ‘pagar’ por escuchar música, precisamente gracias al ‘streaming’, la industria vuelve a moverse entre sombras y a hurtar la información a los verdaderos responsables de la fabricación del ‘producto’ con el que hacen negocio.

Sin embargo, Byrne cree que existen posibilidades de darle la vuelta a la situación, siempre que los datos ocultos se den a conocer y tanto las compañías, como los artistas y el propio público sepan exactamente qué es lo que está sucediendo en la trastienda del espectacular aumento de los servicios de streaming.

Más información