El director presenta un montaje menos espectacular que resalta el lado más oscuro del protagonista de la obra de Andrew Lloyd Webber y Charles Hart. Cerca de tres décadas después de su estreno, un director escénico, Laurence Connor, se ha atrevido, por primera vez, en la historia a modificar el montaje clásico, del ‘Fantasma de la Opera’, quizá el musical con más éxito de todos los tiempos, escrito en 1986 por Andrew Lloyd Webber y Charles Hart.
De hecho, esa escenografía espectacular, con su candelabro que vuela por los aires diseñada por Maria Bjornson y la forma en que fue concebida su puesta en escena por el director Hal Prince, aún se sigue representando. Es la versión canónica que cualquiera puede ver hoy mismo en Londres y Nueva York, y en cualquier otro lugar del mundo, en el que una franquicia se atreva a llevarlo a escena.
Pero Connor ha querido cambiar todo eso, para centrarse más en los personajes y en la oscuridad de la historia. Y para despojar por completo al cruel fantasma de ese halo de ambigüedad que le convierte en el héroe de una historia de la que debería ser el villano.
Al fin y al cabo, se trata de un psicópata y su amor por Christine, la protagonista femenina, es obsesivo y malvado. Al contrario, Raoul, un personaje casi sin peso específico, según la historia romántica de Prince, aquí gana peso y se convierte en el amante humano que lucha por la salvación de su amada.
Connor ha estrenado su versión en el Teatro Pantages de Hollywood, con el apoyo del productor Cameron Mackintosh, que se mostró favorable desde el principio a ese acercamiento más realista. Aunque el montaje quizá no sea del agrado de todos.
El nuevo diseño es responsabilidad de Paul Brown que se ha basado más en los escenarios descritos en la novela de Gaston Leroux en que se basó el musical que en el montaje anterior de al obra.
Y tiene una ventaja añadida, porque reduce sustancialmente los costes y hace más factible que el espectáculo pueda ‘girar’ con facilidad por muchas ciudades, algo que resulta casi imposible de plantear con la versión clásica.