En la Cuba de hoy, con una crisis económica en pleno apogeo haciéndole maridaje a una inflación galopante, no pocos se han visto en la necesidad de asumir la modalidad del trabajo privado o por cuenta propia. Tanto, que se les ha creado un nombre oficial: “tecepé” (trabajador por cuenta propia).
Así tenemos que algunos se han declarado como dulceros en honor y al rescate de los postres de la abuela más otras mañas propias del oficio de la repostería.
A falta de absolutamente todos los ingredientes para elaborar una torta, pastel o “cake”, incluyendo el azúcar en un país otrora primer productor mundial de la derivada de la caña, esta emprendedora ha estimado a bien colocar la advertencia en la puerta de la casa:
“Se hacen cakes con los huevos del cliente”.
Más claro que el agua de manantial. El interesado deberá traer los esféricos, que este mes tocarán a cinco por cabeza con cartilla de racionamiento de por medio.