Las autoridades optan ahora por medidas un poco más dirigidas y no tan indiscriminadas, después de que aislamientos como los de Shanghái –de dos meses– derivasen en conatos de protesta. Sin embargo, esto no ha evitado que se produzcan escenas de tensión como las registradas en los últimos días la principal planta de fabricación de iPhones de la compañía Apple, en Zhengzhou.
En Pekín, las restricciones afectan a varios barrios, mientras que las autoridades han optado por reducir la movilidad social cerrando escuelas, parques o museos, entre otros lugares públicos.
El pasado día 11, el Ministerio de Sanidad actualizó también los protocolos en caso de contagio, con una reducción del periodo de cuarentena para los contactos de pacientes contagiados y una menor presión en materia de pruebas.