Bayrou ya había adelantado que recurriría a la prerrogativa constitucional para sacar adelante las cuentas generales y también el presupuesto de la Seguridad Social, a sabiendas de que el 49.3 faculta al resto de partidos a presentar mociones de censura contra el Gobierno.
El primer ministro galo ha explicado en la Asamblea Nacional que no es un proyecto «perfecto», pero ha incidido en que ha hablado con todos los grupos políticos y ha recordado que se trata de un hecho inédito. «Por primera vez desde la V República, nuestro país ha llegado a febrero sin presupuestos», ha advertido.
La Francia Insumisa, integrada en el bloque de izquierdas conocido como Nuevo Frente Popular (NFP), ha anunciado inmediatamente después del discurso de Bayrou que presentarían una moción de censura. «Este Gobierno ilegítimo debe caer», ha proclamado en redes sociales el partido, que aspira a repetir el éxito de la moción que hizo caer en diciembre al gabinete de Michel Barnier.
Sin embargo, el Partido Socialista ha pactado ya desmarcarse de la línea de sus socios y, al contrario que en diciembre, no votará a favor de la moción. Para el fundador de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, este cambio de los socialistas implica que «el Nuevo Frente Popular ha quedado reducido a un solo partido».
También debe terminar de posicionarse la ultraderechista Agrupación Nacional, cuyo apoyo fue clave para tumbar a Barnier.