La autorización de Bruselas permite las subvenciones directas a las empresas interesadas en optar por esta solución de transporte, que necesita inversiones más elevadas, pero que permite el desarrollo combinado de transporte por carretera y por ferrocarril. La UE viene defendiendo la necesidad de un desarrollo mayor de los transportes por ferrocarril que son menos contaminantes que por carretera. España va por detrás de otros países europeos en la adopción de medidas en este sentido. Con soluciones como esta se evita, además, la congestión de las carreteras.
Por lo tanto, la medida será beneficiosa tanto para el medio ambiente como para la movilidad. Además, la Comisión considera que la ayuda tendrá un «efecto incentivador», ya que los beneficiarios no llevarían a cabo las inversiones en ausencia de la ayuda pública. Y considera que la medida está dentro del Pacto Verde que promueve Bruselas en esta legislatura.