Cuando se van a cumplir dos semanas de la catástrofe que ha asolado varias zonas de España, en especial, la provincia de Valencia, Greenpeace pide no olvidar “que la ciencia demuestra con certeza que las tormentas denominadas DANAs, como otros de eventos meteorológicos extremos, van a ser cada vez más frecuentes e intensas en el Mediterráneo, cuya temperatura fuera de toda escala lo ha convertido en una verdadera bomba de alimentar tormentas”.
“Esta DANA tiene que ser un punto de inflexión”, defiende la organización, ya que “si no actuamos con firmeza para frenar el cambio climático, volverá a pasar”. “Hemos despertado fuerzas climáticas y sobrepasado límites planetarios a los que no podemos adaptarnos del todo”. En su opinión, es el momento de “intervenir, cambiar, evitar emisiones… Dejemos petróleo y gas bajo tierra”.
Según Greenpeace, los líderes del mundo van a decidir en la COP de Bakú “si se comprometen a aumentar significativamente la financiación pública a los países afectados por la crisis climática, sobre todo del Sur Global”. Ante esto, asegura que “son necesarios ingentes fondos para costear medidas de adaptación, mitigación y daños”.
“No es justo que sólo las arcas públicas corran con estos gastos, si ‘quien contamina paga’ es cierto, son las grandes corporaciones petroleras y contaminadoras a través de impuestos verdes las que han de arrimar el hombro para salir del barro”. Los ecologistas reclaman al Gobierno de Pedro Sánchez que “impulse con valentía acuerdos concretos”, como el “abandono real de los combustibles fósiles para limitar el aumento del calentamiento global a 1,5 °C”, el “control de los lobbies petroleros” y la “regulación de los mercados de carbono para garantizar la protección y la restauración de los ecosistemas densos en carbono”.