Apagones y maldiciones gitanas

Cuba

Apagones y maldiciones gitanas

No hay un hogar en Cuba donde al ocurrir un apagón, que ya suceden con bastante frecuencia, se escuche una verdadera colección de blasfemias.

La Habana
Imagen de La Habana.

No hay un hogar en Cuba donde al ocurrir un apagón, que ya suceden con bastante frecuencia, se escuche una verdadera colección de blasfemias, desde las más tibias hasta las más agresivas, las de mayor volumen y las que no logran salir por  puertas y ventanas.

No hay un hogar en Cuba donde al ocurrir un apagón, que ya suceden con bastante frecuencia, se escuche una verdadera colección de blasfemias, desde las más tibias hasta las más agresivas, las de mayor volumen y las que no logran salir por  puertas y ventanas.

Lógico. Nadie aplaude ante una desgracia salvo aquellos nacidos para crear disgustos y malestar a los demás que, dicho sea de paso, los hay.

Nos espera un verano de terror a cualquier hora del día que si es en horario nocturno podrían triplicar las contrariedades porque ya es oficial que será totalmente imposible evitar esos cortes por numerosas insuficiencias en el sistema electro energético nacional y fuera de él.

Con pocas excepciones, los multicolores conjuros van dirigidos hacia el presidente de la República que, además, es el número uno en el partido comunista. Juez y parte en la misma persona. ¿Quién aconseja a quién?

El desastre no es de ahora. Injusto culpar al presidente. Tiene sus antecedentes ante la falta de previsión de sus predecesores que algún día podría ocurrir al mantener obsoletas centrales y no preparar al país con energías renovables como ahora se pretende a ritmo de bulliciosa conga, consignas fuera de lugar y con la soga al cuello.

El delicadísimo momento que se vive en diversos órdenes no puede prestarse para ese refrán de “No llorar sobre leche derramada”, sino de encontrar la solución adecuada con bloqueo imperial incluido.

Y ahí está el gran reto. Vaya, que ni Mandrake el mago al frente del Estado o el partido, podría solucionar el caso bajo las actuales premisas políticas y económicas que deben iluminar, nunca mejor dicho, en estos oscuros instantes.

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