“Vox Madrid era el único comité ejecutivo provincial que quedaba en España votado y elegido por todos sus afiliados, o sea, habían votado todos los afiliados. Y que, por cierto, estos afiliados componen el grupo más numeroso de todo Vox”, ha remarcado Rocío Monasterio en una comparecencia ante los medios en los pasillos de la Asamblea. Toda una crítica hacia el citado Abascal y el secretario general del partido, Ignacio Garriga.
Según ha dicho, ambos tienen la “potestad de nombrar a dedo al siguiente Comité Ejecutivo nacional de Vox Madrid”, que tiene fichada su renovación en noviembre, gracias a “las sucesivas enmiendas que se han hecho de y se han ido presentando a los estatutos”, según Europa Press.
Monasterio ha defendido que “a la vista de que hoy no soy la persona de confianza del secretario general ni tampoco del presidente me parece lógico y me parece honesto también entregar mi acta de diputada”.
Ahora, volverá a su “actividad privada”, en la que “es probable que haga más vivienda” que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su oficio de arquitecta superior. Vuelve a su trabajo “con la satisfacción de haber contribuido a los avances del partido desde su fundación, cuando las cosas eran difíciles, cuando el espíritu de todos era limpio y cuando el partido destacaba por la solvencia de muchos sus miembros”, ha destacado.
El paso dato por Rocío Monasterio se produce apenas un día después de que la dirección nacional anunciara su cese como presidenta del Vox en Madrid. Su puesto lo ostenta ya José Antonio Fuster, portavoz nacional de la formación.
