Una auténtica e irrebatible muestra de amor hacia la automovilística y al tesón de personas que, pese a incontables adversidades logísticas han logrado mantener en pie y rodando autos clásicos de los años 40 y 50 para acariciar calles y avenidas de una capital nombrada como Ciudad Maravilla por la Fundación 7 Wonders en 2014.
Un espectáculo dominguero que contó hasta con la presencia de un Ford de 1928 en un peculiar museo rodante que culminó con la entrega de premios y otros necesarios insumos entregados por la Castrol.
Se agradece el empeño del Club porque esta “maravilla” de ciudad merece recuperar su belleza original y esplendor de otros mejores tiempos.