Y repito tal vez porque, como se sabe en la calle, el diablo son las cosas.
Extremadamente reservados cada uno de ellos y muy diplomáticos para conversar con un periodista, ninguno ha osado decir a cuánto asciende la deuda que tienen las empresas y organismos cubanos que han adquirido sus productos sin que cumplan a cabalidad el pago contraído.
Según cifras no oficiales, la deuda contraída con España ronda los 2.000 millones euros. También, de cuestionable fuente, existen unas 60 empresas de esa nación.
Los de mayor confianza, asentados en la isla cuando muy pocos apostaban por ella, aseguran que las cifras por cobrar son millonarias, así como las promesas de honrarlas, acompañadas de la solicitud de paciencia y comprensión.
En esta nueva modalidad del pago en efectivo o tarjetas locales habilitadas o internacionales reconocidas, el primero en abrir sus puertas ha sido el famoso complejo comercial de 3ra y 70, en la barriada capitalina de Miramar. Allí no faltan las ofertas de la española Vima Foods muy probablemente con el carácter de exclusividad.
Cualquier cubano de poco más de treinta años de edad no había nacido cuando ya operaba Vima al frente de Víctor Moro, quien llegó a ser presidente de la Asociación de Empresarios Españoles, única de ese tipo en Cuba.
Otras de igual procedencia se aprestan a la apertura de establecimientos similares en la capital que, por el momento, este servidor debe guardar discreción ante las negociaciones que se cursan al día de hoy.
Lo cierto es que se aprecia un renovado interés por estar presentes de cara al consumidor local y con ello la seguridad de que la parte financiera que les corresponda no tomará otros caminos.
La apuesta continúa por Cuba a pesar de que ciertas fuentes confidenciales me hayan comentado que el cubanoamericano, nuevo embajador de EEUU en España, ande de mecánico apretando ciertas tuercas por Madrid.
Vivir por ver. Esperemos por si llega un asequible chorizo asturiano a la mesa…