Entre 2019 y 2023 ya podrían haberse perdido un total de 46.000 puestos de trabajo, según el estudio realizado por la consultora Prognos por encargo de VDA. Al mismo tiempo, los autores señalan que existe un alto grado de incertidumbre sobre el alcance real.
Está claro que algunas profesiones serán más relevantes y otras menos importantes. En total, casi 911.000 personas trabajaban en el sector en 2023.
«La transición a la electromovilidad conllevará pérdidas de puestos de trabajo», afirmó la presidenta de la VDA, Hildegard Müller. Sin embargo, esto no es ante todo expresión de una crisis, sino parte de la transformación, impulsada principalmente por la electrificación de los sistemas de propulsión, añadió.
«Las condiciones políticas marco determinan si las futuras inversiones se realizan en Alemania, si los nuevos desarrollos que se vislumbran en el horizonte crearán nuevos puestos de trabajo aquí en Alemania o en otros lugares. Por tanto, las condiciones marco pueden reforzar o amortiguar los efectos sobre el empleo», explicó.
En concreto, Müller reclamó precios competitivos de la energía, menos burocracia, procedimientos rápidos de planificación y aprobación y más acuerdos de libre comercio.
Está claro que se necesita alrededor de un tercio menos de empleados porque los sistemas de propulsión eléctrica son menos complejos que el motor de combustión, dijo el economista jefe de VDA, Manuel Kallweit.
Según el estudio, desde 2019 se han producido pérdidas de empleo especialmente importantes en sectores en los que trabajan muchas personas. Las ocupaciones en ingeniería mecánica e industrial, así como en metalurgia, han perdido relevancia.
Por el contrario, el estudio constata que ha aumentado la ocupación en ingeniería automotriz, investigación y desarrollo técnico, tecnologías de la información, ingeniería eléctrica y desarrollo de software.