Cuba necesita un cambio, pero no precisamente con la receta ultraderechista expuesta por el presidente de Vox que hasta le faltó entonación y vigor cuando rememoró ese grito de guerra que por primera vez se escuchó en los campos cubanos en la lucha contra la metrópoli española: ¡Que viva Cuba libre!
Abascal conoce poco a los cubanos. Dejó constancia de ello. Error de no pocos políticos, incluidos los locales en esta isla, de estar metiendo las narices en asuntos de otros países cuando debieran dedicar tiempo y sabiduría para solucionar los problemas internos.
Veamos cómo logrará, según sus propias palabras en ese auditorio trumpista, “hacer a España grande de nuevo”.