La proporción de ciudadanos alemanes en el BCE representa un 27,7% del total de la plantilla, porcentaje que sube al 31,3% si nos fijamos en aquellos con responsabilidades de dirección. Tras ellos se sitúan los trabajadores y trabajadoras con nacionalidad italiana. Suponen el 14% y el 13% de toda la plantilla y de cargos directivos, respectivamente En tercer lugar, están los que tienen la española: 8% y 11,8%.
Por detrás, empleados y empleadas que declaran ser franceses (7,2% del total y 10,8% en dirección), griegos (5% y 3,6%, respectivamente) o irlandeses (3,2% y 3,4%).
A ellos hay que sumar trabajadores búlgaros, croatas, belgas, polacos, portugueses o suecos. Y así hasta casi una treintena de nacionalidades diferentes integran las filas del BCE.