Elorza ha acogido con criticas la decisión de Pedro Sánchez de cambiar la posición del Gobierno y del PSOE sobre el «largo» conflicto del Sáhara Occidental, un giro plasmado en una carta enviada al rey Mohamed VI en la que se asume que el plan de autonomía ofrecido por Rabat para esa región es «la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso».
En un artículo publicado en ‘Infolibre’ y recogido por Europa Press, el socialista vasco comienza cuestionando las formas del anuncio ante un cambio «de tanta envergadura» y que no se haya dialogo «con todas las partes», sobre todo después de que el rey de Marruecos no tuviera a bien votar la resolución de la ONU que condenaba la invasión rusa de Ucrania.
EL PLAN DE MARRUECOS NO GARANTIZA NADA
Elorza lamenta que ahora España alegue «razones de Estado» para unirse a países que como Estados Unidos primero y Francia y Alemania después apoyan el plan marroquí, «consistente en conceder una autonomía que, además de difusa, no garantiza nada a poco que se conozca el desapego del rey marroquí a la democracia y a los derechos humanos». «¿Eso no importa?», pregunta.
Subraya que este cambio de actitud de España que parece que tendrá carácter «definitivo» es «de gran calado político» porque «han sido años de progresivo alejamiento de una posición de cierta complicidad con el pueblo saharaui, posición ratificada en todos los Congresos del PSOE y en sus programas electorales».
A su juicio, esa «razón de Estado» que se aduce para este giro «no repara en sentimientos, emociones o lealtades», sino que se trata de «apostar por el pragmatismo y la prevalencia de la geoestrategia» en un contexto de guerra en Europa. Sin embargo, confiesa que «siempre» pensó que los socialistas podían abrazar «causas justas, como la del pueblo saharaui, una pieza diminuta en el tablero mundial».
¿CAMBIAR EL PASO?
Y por eso sostiene que a algunos socialistas, como a él, les costará «cambiar el paso» y aceptar «de modo sumiso» esta «cesión» a Marruecos. «El PSOE –defiende no obstante– no es un ejército ni una confesión religiosa movida por la fe» sino «una organización plural de izquierdas en la que siempre se ha considerado como una riqueza el derecho al debate y la discrepancia, sin zaherir a nadie ni contravenir resoluciones de Congresos».
Con todo, Elorza viene a confesar que le resulta complicado hacer casar la decisión del Gobierno con su coherencia personal y admite que le duele el «abandono» de una causa «justa» como la del Sáhara Occidental «aunque los estadistas ilustrados la consideren inútil, por perdida o inútil».
«No se puede desconocer que la militancia en un partido, sobre todo cuando se piensa en voz alta y se razona en escritos, siempre es un ejercicio de coherencia difícil que, en ocasiones, exige hacer equilibrios para continuar», concluye.
