La crisis ha obligado a la UEFA a plantearse la posibilidad de trasladar la final de la Champions League, que está prevista en la ciudad rusa de San Petersburgo, al tiempo que se plantea cuestiones más profundas sobre el patrocinio que Gazprom lleva a cabo desde hace tiempo en el fútbol europeo, señala Financial Times.
El primer ministro británico, Boris Johnson, declaró el martes en la Cámara de los Comunes que “no hay posibilidad de celebrar torneos de fútbol en una Rusia que invade países soberanos”. El también británico Chris Bryant, diputado laborista que forma parte de la comisión de asuntos exteriores de los Comunes, declaró al FT que la UEFA debería cortar los lazos con Gazprom.
La UEFA está discutiendo sus opciones para trasladar la final, que en principio tendrá lugar en el Gazprom Arena en mayo, según una persona con conocimiento del asunto citada por el diario británico. El estadio albergó partidos de la Copa Mundial de la FIFA 2018 y de la Eurocopa 2020 de la UEFA.
“La UEFA está supervisando constante y estrechamente la situación y cualquier decisión se tomaría a su debido tiempo si fuera necesario”, asegura el organismo. “La UEFA no tiene más comentarios que hacer en este momento”.
Cuando se le preguntó si estaba comprometida con su asociación más amplia con Gazprom, la UEFA se limitó a decir que “seguiría vigilando de cerca la situación”.
Gazprom renovó su patrocinio de la Liga de Campeones en mayo del año pasado, al tiempo que acordó respaldar los dos próximos campeonatos europeos. En aquel momento, la UEFA describió a Gazprom como uno de sus “socios más fiables” y “un líder en su campo”.
Alexander Dyukov, director general de Gazprom Neft, es miembro del comité ejecutivo de la Uefa.
SportBusiness Sponsorship, el grupo de datos e investigación, ha estimado que el acuerdo de Gazprom para 2018-21 tenía un valor aproximado de 40 millones de euros por temporada para la UEFA. El organismo rector del fútbol y Gazprom son socios desde 2012.
El experto en marketing deportivo Tim Crow dijo que la rescisión de un contrato de este tipo es generalmente el resultado de una empresa que no puede pagar sus facturas o que hace “algo que podría desprestigiar lo que está patrocinando”. “Habría que demostrar una causa para romper este contrato de patrocinio”, señala a FT. “Eso sería una gran decisión”.
