Señora vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, la vemos de ronda al frente de la tuna buscando los votos para los Presupuestos Generales del Estado, que siguen siendo un arcano al que se pide adhesión sin enseñar las cifras, aún pendientes de acordarse entre los partidos coaligados en el Gobierno, cuyos líderes -Pedro Sánchez y Pablo Manuel Iglesias- saldrán al escenario para presentarlos al público.
Reciba, vicepresidenta, nuestra rendida admiración por algunas de esas rondas como la dedicada al podemita, Jaume Asens, presidente de su grupo parlamentario, al que en aras de la convivencia que el Gobierno promueve imaginamos ahorraría cualquier reproche por sus twits deseando que el Rey nunca más comparezca en Cataluña. Habría sido un agravio intolerable a su libertad de expresión. Vale