El PIB de EEUU creció menos en los tres primeros meses del año que lo estimado inicialmente, debido fundamentalmente a una menor inversión empresarial. Además, los beneficios de las empresas cayeron por segundo trimestre consecutivo, dando nuevos signos negativos para la economía.
En concreto, el PIB creció un 3,1% en el primer trimestre, por debajo del 3,2% estimado inicialmente. No obstante, los economistas habían aguardado una revisión aún mayor, hasta el 3%. Por su parte, los beneficios empresariales ajustados antes de impuestos cayeron a un ritmo anual del 2,8%, la mayor caída desde 2015.
La revisión a la baja llega fundamentalmente por la partida de la inversión empresarial, que excluyendo la vivienda aumentó un 2,3% en el primer trimestre. Y el cambio en el valor de los inventarios fue un poco menor, de 125.500 millones de dólares.
El resto de partidas se mantuvo más o menos sin cambios. El gasto de los consumidores creció un ligero 1,3%, afectado por las reducidas compras de bienes duraderos o de larga duración, como automóviles o electrodomésticos. El gasto en bienes duraderos se hundió un 4,6%, lo que supuso la mayor caída en diez años.
Las exportaciones se revisaron al alza para mostrar un aumento del 4,8%, mientras que la disminución de las importaciones fue un poco menor, del 2,5%.