Beatisimo Padre, nunca se sabe cómo acertar, tampoco si el género periodístico de la entrevista, cuerpo a cuerpo, a uno y otro lado de una mesa, es un recurso para ejercer su sagrado e infalible magisterio como vicario de Cristo y cabeza de la Iglesia Universal.
Todo sea por el afán evangelizador y el intento de llegar a otras audiencias menos afines. La sala elegida para el encuentro, su altura de techos, coloreaba las preguntas y el lenguaje no verbal. Las respuestas desactivadas de solemnidad tampoco proporcionan mayores esclarecimientos. Fiat lux.