Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) al conocer la llegada de Pedro Sánchez al poder reclamaron una mayor recaudación fiscal por medio de un impuesto sobre las transacciones financieras y aumentando el gravamen de las grandes empresas. Este viernes, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, no ha descartado una subida de los impuestos. Eso sí con un objetivo: mejorar las políticas sociales.
En su primera rueda de prensa tras el consejo de Ministros y Ministras, la dirigente ha afirmado que “ciertamente hay posibilidades” de que el Ejecutivo socialista apueste por esta subida. Sin embargo, Celaá ha lanzado un matiz: será consensuada con muchas comunidades autónomas y siempre “respetando” los PGE de 2018.
Sin ir más lejos, Sánchez, cuando presentó sus presupuestos alternativos a los que registró Mariano Rajoy y Albert Rivera, incluía subidas de impuestos por importe de 6.500 millones. En este sentido, pedía que la presión fiscal en España aumentara al 42% del PIB, frente al 38% del proyecto de PP y Ciudadanos.
¿De dónde salían esos 6.500 millones? El por aquel entonces líder de la oposición reclamaba que las grandes compañías paguen un tipo efectivo mínimo en el Impuesto sobre Sociedades del 15%. También pedía elevar el IRPF hasta el 52% para las rentas superiores a los 150.000 euros. 600 millones saldrían de tributación medioambiental con la equiparación del diesel y la gasolina.
Asimismo, Sánchez planificó recaudar 1.500 millones de euros en la batalla contra el fraude fiscal.