Señor secretario general de Podemos, bienvenido al Club de los hipotecados que se atienen a la definición de español como ciudadano que muere propietario de una vivienda o habiendo comenzado a pagarla.
Liderar a los herederos del 15-M no requiere voto de pobreza, ni compromiso de vivir como eremita. El Deuteronomio prescribe no poner bozal al buey que trilla. Pero su Señoría y acompañante comprueban que con la misma medida con que midiereis seréis medidos. ¿De aquellas críticas a quienes vivían en las afueras con parcelita y todo, queda algo todavía?