“No les interesa hacer reformas. ¿Qué han hecho contra la evasión fiscal? Nada. Solo recortan salarios y pensiones, igual que los (Gobiernos) anteriores”, comentó uno de los más de un millar de personas que se concentraron este viernes en la Plaza de Syntagma. La Plaza de Syntagma, en el corazón de Atenas, vuelve a ser lugar de movilizaciones. Más de un millar de personas se manifestaron este viernes en Atenas contra la reforma de pensiones que propone el Ejecutivo griego. “No les interesa hacer reformas. ¿Qué han hecho contra la evasión fiscal? Nada. Solo recortan salarios y pensiones, igual que los (Gobiernos) anteriores”, comentó por su parte Nikos, de 50 años, funcionario en el ministerio de Interior, y que ha transmitido a la agencia EFE parte del sentir griego.
Una reforma de las pensiones que se encuentra en proceso de estudio por los acreedores y que Alexis Tsipras espera aprobar en las próximas semanas, no sin antes, tener que soportar concentraciones como las de este viernes. Una convocatoria promulgada por el sindicato PAME, afín al partido comunista KKE, y que ha terminado con la contestación de la Policía haciendo uso de gases lacrimógenos, aunque sin proceder a detenciones.
Antes de la actuación policial, un grupo de personas intentó romper el cordón que les impedía continuar su marcha hacia la sede del Gobierno, lo que provocó el enfrentamiento contra las fuerzas de seguridad.
De esta manera, Atenas contesta al Gobierno heleno mostrando su rechazo con lo cedido por Tsipras tras las exigencias de la Cuadriga. Con eslóganes como “No a la ley guillotina” y “No al consenso y a la sumisión, desobediencia y lucha de clase”, los manifestantes, en su mayoría jubilados, chocan contra lo redactado por el Ejecutivo.
“Mi pensión fue recortada en un 25% en los seis años de la crisis”, declaró a Efe Zanasis, de 72 años, obrero de construcción jubilado que, tras 44 años de cotización, cobra una pensión de 700 euros mensuales, según ha anunciado a la agencia de noticias.
La respuesta del Gobierno
Por su parte, el ministro de Trabajo, Yorgos Katrúgalos, ha defendido el proyecto de reforma en una rueda de prensa y ha querido recalcar que el actual sistema de pensiones griego “no es sostenible, ni justo” porque “no ofrece la misma protección para todos”. De ahí la necesidad de reformarlo.
Un Katrúgalos que también ha reconocido que el estado de la economía griega apenas permite pagar las pensiones actuales y aseguró que la reforma beneficiará a los más pobres.
No está sólo en este frente el Gobierno que ha recibido el apoyo a la reforma de pensiones de la mayoría de las organizaciones patronales. En un comunicado común, tras su reunión con Tsipras, los presidentes de las patronales aceptaron una subida moderada de las cotizaciones de los empleadores, una de las medidas que están incluidas en el texto entregado a Bruselas.