Desde Axesor juzgan que hasta ahora la creación de empleo se focaliza en sectores de “escaso valor añadido y productividad”, por lo animan a seguir en las reformas. Axesor ha lanzado su hoja de ruta al Gobierno que salga de los comicios del próximo 20 de diciembre. En su boletín de evaluación del mes de noviembre, la primera agencia de rating española invita al próximo Ejecutivo a no caer en la “complacencia” y a mantenerse en la senda de “nuevas reformas” para apuntalar la actual “tendencia de crecimiento”.
La primera de las recomendaciones bien podría ir dirigida a un escenario en que el Partido Popular fuera capaz de volver a colocar a su candidato en el Palacio de la Moncloa. El segundo consejo, podría entenderse para aquellos partidos que han apostado por abandonar lo que han calificado de ‘austericidio’. En todos los casos, desde Axesor se aconseja encarar de frente “el desafío nacionalista catalán”, cuestión que coloca entre las principales “amenazas” de la economía española.
Los expertos de la agencia de calificación crediticia advierten al futuro presidente de Gobierno del resto de retos a los que podría tener que enfrentarse al comienzo de su mandato. Es así que, aunque “en menor medida”, Axesor aconseja prestar atención a un eventual “aterrizaje brusco de la economía China”, un impacto “mayor del esperado” por parte de las economías emergentes o de la progresiva retirada de estímulos o tapering, por parte de la Reserva Federal de EEUU.
En el análisis, cuyo objeto de análisis primero está en la cifra de ventas de las grandes empresas españolas, advierte que a más corto plazo la clave está en el efecto positivo para las exportaciones que había facilitado la depreciación del euro. La agencia advierte de que este “efecto” que se dejó notar con fuerza en la primera mitad del año, parece apuntar ahora a un menor impacto positivo en el segundo semestre, conclusión a la que llega tras evaluar el menor crecimiento de las exportaciones en el tercer trimestre.
Ante esta distorsión de la balanza comercial, se apunta hacia la “fuerte” caída de precios del petróleo y los bajos tipos de interés como contrapesos para equilibrarla. En lo que se refiere a la depreciación del crudo, la agencia considera que esta situación se traducirá en un ahorro de entre 10.000 y 12.000 millones en este año para la gran empresa española. Un ahorro que no ha ido destinado a mejorar la inversión en bienes de equipo, magnitud que aún queda muy “alejada” de recuperar cotas previas a la crisis.
Esta circunstancia, que considera de obligada reversión para “mejorar la productividad y elevar el potencial de crecimiento de la economía española”, se atribuye a la deflación y fuerte endeudamiento corporativo. Así llega a la conclusión de que debe perpetuarse el camino de las reformas para asegurar la expansión económica, dado que hasta ahora el PIB y la creación de empleo han crecido paralelamente, lo que indica que los sectores que más puestos están generando son aquellos ligados a la aportación de “escaso valor añadido” y a una “escasa productividad”.