Alemania ha votado a favor del tercer rescate, aunque durante la sesión no ha pasado inadvertida la disidencia dentro del partido de Merkel. Advertía esta mañana la canciller alemana, Angela Merkel, de las posibles consecuencias nefastas que podría conllevar negarle a Grecia el tercer rescate. No obstante, el aviso parece haber sido innecesario: el Bundestag ha apoyado por amplia mayoría que el Gobierno alemán comience a negociar el tercer paquete de ayudas, aunque la disidencia de voto dentro del partido de Merkel no ha pasado desapercibida.
El resultado de la votación ha sido rotundo: 439 votos a favor de los 631 escaños con los que cuenta el Bundestag. No obstante, la luz verde no ha estado exenta de polémicas: unos 50 diputados de la coalición de gobierno liderada por Merkel (CDU/CSU junto a SPD) han votado en contra. Aumento de la tensión en el partido, por tanto, frente a la generada en la votación previa para opinar sobre posibles prórrogas a Grecia que se realizó en el Parlamento alemán el pasado febrero, en la que 29 diputados se desmarcaron del voto del partido.
La situación refleja, con todo, cierta disidencia dentro del grupo conservador del Bundestag, que no se pone de acuerdo en lo relativo a las ayudas a Grecia. Pero éste no ha sido el único tema que ha dado que hablar en el debate del Bundestag, en el que se ha reconocido la dureza de las condiciones para los griegos, pero se ha insistido en destacar los esfuerzos de los países que contribuirán a pagar la ayuda, estimada en unos 85.000 millones de euros.
Merkel, de hecho, ha destacado la “solidaridad europea” durante su intervención. Aunque también ha habido tiempo para críticas, además de elogios: la canciller no ha dudado en cargar contra el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, al que ha acusado de “contradictorio” por pedir un fin de los ajustes y querer mantenerse en el euro simultáneamente.
Por otra parte, al ejercicio de solidaridad europeo también se han referido en el Parlamento austríaco. La cámara también ha autorizado hoy al Gobierno a negociar el tercer rescate, gracias al voto mayoritario de los socialdemócratas y los democristianos. No obstante, toda oposición se ha decantado por votar en contra.
