Los grandes bancos centrales recurren a la artillería pesada en la guerra de divisas

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Los grandes bancos centrales recurren a la artillería pesada en la guerra de divisas

Sede del BCE

El año pasado, los países emergentes protagonizaron la lucha por atraer inversión vía política monetaria. Ahora, las grandes potencias han salido a la trinchera con sus mejores armas. Los bancos centrales de las grandes economías globales han pasado a la acción. En los últimos meses se ha hablado y escrito mucho sobre las iniciativas del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, y mientras se gestaba el ‘QE europeo’, las autoridades monetarias de una veintena de potencias emergentes y consolidadas han dado pasos decisivos en el frente de combate de la guerra de divisas.

La lucha por tomar la delantera en política monetaria para incentivar la incipiente pero quebradiza recuperación económica se ha tornado encarnizada en este primer trimestre de 2015. Cuando apenas han pasado unos días del tercer mes del año, un total de 20 bancos centrales han anunciado e implementado medidas para mejorar la competitividad de sus monedas. Y, por extensión, de sus economías al facilitar la entrada de capitales extranjeros y, sobre todo, la capacidad exportadora de sus empresas locales.

El primer disparo provino del Banco Central de Uzbekistán. Con la misma entrada del año nuevo, el 1 de enero, la antigua república soviética redujo de una tacada en 100 puntos básicos los tipos de interés oficiales del som, la moneda del país. El PIB nacional ha crecido por encima del 8% en los últimos cinco años para los que hay registros y, con Rusia, como su principal socio comercial, las autoridades monetarias se han apresurado para no perder comba ante las dificultades que atraviesa Moscú a consecuencia de la caída de precios del petróleo y las sanciones derivadas de la guerra abierta -y esta vez armada- con Ucrania.

Un día después, el Banco Nacional de Rumanía se sumó al frente de batalla. Sin olvidar que el país también es fronterizo con Ucrania, los tipos de interés se bajaron el 2 de enero en 50 puntos básicos hasta un 2,25%. Otros diez países recortaron tipos o endurecieron condiciones de depósito a lo largo del primer mes del año. Egipto, India, Perú, Canadá, Turquía, Paquistán, Singapur, Albania, Rusia y Suiza se sumaron a la batalla de las divisas.

En el caso de Rusia, su banco central redujo sus tipos de referencia en 200 puntos básicos hasta el 15%. Un movimiento drástico después de haber hecho prácticamente lo mismo, pero en sentido contrario, el pasado mes de diciembre como medida desesperada para evitar el hundimiento de su moneda y la fuga de capitales sufrida en la recta final del pasado ejercicio. Algo similar a lo ocurrido también en Turquía.

A pesar de estos cambios de guión en algunos países, el vuelco que más ha sorprendido a inversores y analistas ha sido el de Suiza. Con el objetivo de restar fuerza a su franco como valor refugio, el Banco Nacional suizo redujo su tipo de interés hasta una tasa negativa del 1,25%. Por si fuera poco, eliminó el suelo del tipo de cambio de su moneda hacia otras divisas internacionales. El efecto fue especialmente notable en su cruce frente al euro.

Dinamarca, Australia, China, Suecia, Indonesia, Botsuana, Japón e Israel se alistaron al combate en el mes de febrero. El caso danés fue especialmente notable, pues en espacio de tres semanas sus autoridades monetarias recortaron hasta en cuatro ocasiones sus tipos de referencia hasta dejarlos en una tasa negativa del 0,75%. Sus vecinos suecos llegaron a un -0,10% y anunciaron un programa de recompra de bonos al más puro estilo de la Reserva Federal de Ben Bernanke, que tras haber sido tan duramente criticado en el Viejo Continente ha conseguido importar su hoja de ruta a esta orilla del Atlántico.

La última en alistarse al frente de combate de esta creciente lucha económica ha sido Polonia. El país miembro de la Unión Europea que no pretende adoptar el euro hasta el año 2020 como pronto, según las declaraciones más recientes de sus líderes políticos, recortó los tipos de interés de su zloty en 50 puntos básicos, hasta el 1,5%. Con el Banco Nacional polaco, son ya 21 los países que se han sumado a la guerra de divisas.

Este lunes llega un cañonazo más desde Fráncfort. Ese día, el BCE de Mario Draghi comienza a poner en práctica el plan de estímulos extraordinarios que llevaba barajando desde el verano pasado. La autoridad monetaria de la Zona Euro ha puesto sobre la mesa 60.000 millones de euros al mes para la recompra de bonos soberanos y corporativos de grado de inversión. Y, si todo va según lo previsto, espera mantener el pulso hasta septiembre de 2016. La guerra de divisas no ha hecho más que empezar.

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