El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, presenta a los socios europeos del Eurogrupo la propuesta de Syriza. Los ministros de Economía y Finanzas de los diecinueve países del Eurogrupo se reúnen hoy en Bruselas con la intención de buscar un compromiso con Grecia sobre la renegociación de la deuda pública de ese país y su programa de rescate. Una cita a la que el Gobierno de Alexis Tsipras acude empezando a ceder terreno con claridad en las negociaciones, según señalan los analistas del mercado.
El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, presentará a los socios europeos la propuesta de Syriza, aunque no se espera que se llegue a un acuerdo hasta finales de mes, cuando vence el plazo del actual rescate, sí se da por descontado un consenso sobre las bases de la negociación.
Según la prensa local, Atenas opta ahora por no atravesar las dos grandes líneas rojas. Ha eliminado la palabra quitas de sus propuestas y la negativa a un tercer rescate asociado a nuevas condiciones. Además, propone activar el 70% de las reformas acordadas previamente, entre las que podría encontrarse la privatización de varias empresas públicas, que Tsiripas había paralizado. Como contraprestación, el Gobierno griego propone sustituir el 30% restante (que llega a calificar de reformas tóxicas) por un paquete de diez reformas pactadas con la OCDE.
Además, el país estaría ahora dispuesto a aceptar una “extensión técnica” del rescate actual hasta agosto (algo que podría aceptar la Comisión Europea) para pactar un nuevo programa de rescate o “contrato”, como empieza a llamarlo incluso Berlín, con un horizonte de cuatro años.
La propuesta griega incluiría, señalan los expertos del mercado, un ‘swap’ de deuda por deuda con tipos vinculados al crecimiento del país y, en el caso de la deuda contraída con el BCE, ‘swap’ por deuda perpetua, plan que se lanzaría en septiembre 2015.
También una mayor laxitud fiscal, fijando el objetivo de superávit primario en el 1,5%, frente al 3% negociado anteriormente. Otra propuesta de Varoufakis pasa por solicitar un periodo transitorio o puente válido hasta agosto, en que el gobierno solicitaría varias vías de financiación: incremento del stock de letras en 8.000 millones de euros, hasta los 23.000 millones, transferencia de los 1.900 millones de beneficios generados por el BCE en sus holdings de bonos griegos (SMP) y uso de parte de los 7.200 millones de financiación aún disponible del programa previo.
Por último, la ya mencionada exigencia de anular el 30% de las condiciones que acompañaban al rescate y que eran esencialmente recortes y reformas estructurales.