Un estudio revela que el apoyo al «sí» de cara al referéndum del próximo 18 de septiembre aumentó en el último año al pasar del 36% al 39%. En los últimos doce meses ha crecido el apoyo a una Escocia independiente. Aunque también, y según un sondeo divulgado esta semana, se ha registrado en este último año un aumento del temor a que esa posibilidad afecte a la economía y a la posición internacional de la región.
Ante el referéndum sobre la independencia escocesa del próximo 18 de septiembre este estudio, llevado a cabo por el ScotCen Social Research entre los meses de mayo y junio, revela que el apoyo al «sí» aumentó en el último año al pasar del 36% al 39%. Por contra, el respaldo de los escoceses al «no» a una eventual separación del Reino Unido cayó del 64% al 61%, excluyendo a los votantes que continúan indecisos a pocas semanas del plebiscito.
Pese a estos datos, ese 38% de ciudadanos siente que una Escocia independiente sería más débil en un contexto global y perdería influencia en el panorama internacional, frente al 25% que manifestó esta sensación en 2013. Además, también ha crecido el miedo sobre el estado de la economía de una Escocia escindida de Westminster, con un 44% de participantes indicando que, en su opinión, ésta empeoraría.
Según los analistas que han dirigido el estudio, la campaña que realizan los partidarios y detractores de la independencia de Escocia ha influido en la intención de voto de los escoceses de cara al referendo.