‘Bailar en la cueva’, un disco de Jorge Drexler

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‘Bailar en la cueva’, un disco de Jorge Drexler

Jorge Drezler, Bailar en la cueva

El único artista latino que tienen un Oscar a la mejor canción original, quiere conquistar las pistas de baile. La luna de Rasquí by Jorge Drexler on Grooveshark
¿Hora de bailar? Algunos de los artistas más influyentes del planeta parecen haberse puesto de acuerdo al respecto. Lo ha hecho, por ejemplo, Arcade Fire con su ‘Reflektor’, un disco pensado para conquistar las pista de baile. Y ya se sabe que los canadienses son un grupo de indudable influencia global a la hora de imponer modas y definir la línea entre lo que procede y lo que no procede.

Lo hace también ahora Jorge Drexler, con este ‘Bailar en la cueva’, su álbum número 14 que según explica está «hecho desde los pies». Y el compositor uruguayo es, hoy por hoy, quizá la principal referencia actual para los músicos que apuestan por usar el castellano a la hora de escribir sus letras. En España y en Latinoamérica. En toda Latinoamérica.

Es obvio que aquel Oscar conseguido por ‘Al otro lado del Río’ ha tenido mucha relación con lo que ha sucedido luego. Le ha proporcionado un cierto ‘halo’ de prestigio que nunca viene mal. Aunque también es cierto que, mucho antes de que la crisis económica española forzará a todos los artistas de la Península Ibérica a volver a contar con el mercado latinoamericano como su puerta de salida natural, Drexler ya llevaba mucho camino andado.

Sin embargo, es ahora, con el lanzamiento de este nuevo trabajo, cuando realmente parece manifestar su intención de reclamar ese puesto, nunca completamente ocupado, de gran estrella iberoamericana. Y, lo cierto es que pocos tienen tanto derecho como él a hacerlo. Y muchos menos aún posibilidades de lograrlo.

Si el marketing que acompaña a este lanzamiento puede aportar alguna pista sobre las intenciones del artista sólo hay que echarle un vistazo a las maniobras previas a la salida del disco para darse cuenta. El álbum sale a la vez en todos los países de habla hispana. El gran mercado objetivo. Y va acompañado por una gira que se ha iniciado en España, viajará al subcontinente y volverá luego a ‘Europa’. Más tarde, no se descarta que ‘Bailar en la cueva’ sea editado también en Reino Unido y EEUU.

Está también el video de ‘Universos Paralelos’, el primer single. Un curioso ‘divertimento’ dirigido por David Trueba, el director de cine que ha triunfado en los Goya de este año. Un premio con gran prestigio en Latinoamérica, por mucho que los españoles sigan manifestando su habitual desafección por su cine.

Y Trueba no sólo está detrás de las cámaras. Este director, ahora en la cima de su popularidad, incluso aparece en el vídeo, participando como ‘bailarín’ de una curiosa coreografía sin aspiraciones aparentes de convertirse en modelo a imitar. Para que no haya ninguna duda de su implicación en el asunto.

Y cómo no. Hay que echarle un vistazo a la lista de participantes en la grabación. Donde prácticamente no falta un detalle. Hay pocos, pero muy relevantes y muy bien elegidos. La rapera chilena, cada vez más popular en EEUU, Ana Tijoux, que interviene en ‘Universos Paralelos’, el veterano brasileño Caetano Veloso, otra de las figuras con más proyección universal de la música latina que participa en ‘Bolivia’, la banda colombiana Bomba Estéreo que le inyecta vitaminas a ‘Bailar en la Cueva’ y Eduardo Cabra, Visitante, de Calle 13, la gran banda latina que coproduce ‘Todo Cae’. Hasta hay un merecidísimo homenaje al recientemente fallecido compositor venezolano Simón Díaz, el autor de ‘Caballo Viejo’: La Luna de Rasquí’, una de mis canciones favoritas de este disco.

Además, el álbum se ha grabado en Colombia, un país cada vez más importante en el universo de la música latina. Y no sólo porque quizá las dos mayores estrellas del momento Juanes y Shakira tengan esta nacionalidad. También, según se ha encargado de proclamar el propio Drexler en las entrevistas promocionales, porque los músicos de allí tiene muy claro el latido de los ritmos autóctonos y saben perfectamente como mezclarlos con las últimas tendencias de la música electrónica y hasta darle ese toque desquiciado y psicodélico que tiene la nueva cumbia, otro fenómeno mundial listo para ser consumido en todas partes, como ya sucedió, por ejemplo con el ‘reggaeton’.

La guinda del pastel es el intenso repaso al catálogo rítmico latinoamericano que encontramos en ‘Bailar en la cueva’. El baile que no es propone Drexler no es de corte europeo, como las copias de la música disco de los setenta que hacen fortuna, en algunas listas, ni linda demasiado con el ‘funky’ o sonidos cercanos a este universo. Así que es obvio que las ideas están claras, el objetivo bien marcado y para que todo encaje, este gran compositor, con querencia por los acordes disonantes y las letras largas se ha adaptado a la fórmula, ha simplificado todo lo posible y ha intentado que sea el ritmo quien tire del carro.

Y ¿ha servido de algo todo esto? De momento, la estrategia parece funcionar. El disco de Drexler se ha encaramado a los puestos más altos de todas las listas de ventas por las que se ha apostado. En España, por ejemplo, ha entrado directo al número siete, y en otros países incluso ha funcionado mejor. Y, evidentemente, estamos sólo al principio de la carrera y se trata de un producto bendecido por el aura de indiscutible calidad que se le supone a este autor. Así que miel sobre hojuelas…¿O no?

Pues yo diría que sí. Pero no del todo. Como sucede con otros grandes teóricos y excelentes músicos, digamos un Elvis Costello o un Santiago Auserón, este ‘Bailar en la cueva’ ‘suena’ mejor sobre el papel que por los altavoces. O, al menos, esa es la opinión, completamente subjetiva de quién esto escribe que echa en falta un poco más de emoción en el conjunto. Bien es cierto, que Drexler lucha contra si mismo y sus espectaculares trabajos anteriores le han puesto el listón muy alto. O sea que no lo tenía fácil, desde luego.

Hay además, a mi entender, unas cuantas canciones redondas aquí. Desde ‘Universos Paralelos’, a ‘La Luna de Rasquí’, como he dicho antes mi actual favorita. Sin que desmerezcan otras como ‘Todo Cae’, ‘Bolivia’ o ‘El Triángulo de las Bermudas’. Además, a mi personalmente me gustaría que por una vez en todas las pistas de baile de Iberoamérica, España y Portugal se bailaran las mismas canciones. Y también que fueran estas u otras como estas.

A Drexler le honra como mínimo el haberse atrevido a intentarlo y esa capacidad suya para meterse en líos, que le convierte en un artista tan superlativo como necesario. Otro cualquiera se hubiera conformado con repetir la jugada ganadora de siempre y hacer caja, como mandan unos tiempos en los que la prudencia parece indicar que no se debe experimentar demasiado. Por fortuna, aunque no siempre acierte -o eso sea lo que a mi me parece-, quedan ‘tipos’ como este uruguayo inquieto, dispuestos a jugárselo todo en cada partida. Y con gente así da gusto ir a cualquier parte. Incluso cuando los discos que presentan no son perfectos. Más aún en esos casos, diría yo.

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