Ben Stiller Ben Stiller, más popular por su trayectoria como actor de comedia que por su faceta de director, ha vuelto a ponerse a los mandos de un proyecto en ‘La vida secreta de Walter Mitty’, estrenada en los cines las pasadas Navidades. La cinta rescribe a su manera el relato homónimo de James Thurber, protagonizado por un hombre que abandona la realidad para perderse en sus sueños.
Casi cinco años después de la gamberra ‘Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra!’, Ben Stiller se pone trascendental con un guión firmado por Steve Conrad que le permite tocar todos los palos: desde el humor a la aventura, pasando por la acción, la parodia, el drama y la comedia romántica.
El Walter Mitty interpretado por Stiller dirige la sección de fotografía de la revista Life y no se atreve a hablar con Cheryl Melhoff, la compañera de la que está enamorado, en medio de un ambiente laboral deprimente: la publicación dejará de imprimirse en papel, por lo que se esperan numerosos despidos. Consigue escapar de esta aburrida, monótona y triste vida con su disparatada imaginación, por culpa de la cual pierde constantemente la atención. Pero la búsqueda desesperada del negativo de una imagen clave le lleva a vivir las aventuras con las que siempre ha soñado.
Así, en este viaje de superación personal del protagonista, la barrera entre la realidad y la fantasía se funde completamente. Pero en la mezcla de géneros y tonos, la historia pierde el rumbo: quiere abarcar demasiadas cosas.
Da la impresión de que Walter Mitty alcanza esta intención liberadora de la película demasiado pronto (supera su timidez y se lanza al riesgo rápidamente), por lo que la sucesión de hiperbólicos peligros a los que se enfrenta el personaje se convierte en un catálogo de bellas imágenes que llega a aburrir en algunos momentos, pese a la dosis de aventura y acción.
Sin embargo, Stiller consigue hacer más llevaderos los puntos flojos del libreto con un potente despliegue visual. Una fotografía colorida y luminosa, que deja algunos planos muy originales, acompaña al protagonista por los paisajes de impresionantes lugares del globo. A la realización, se suma un montaje más que destacable y una banda sonora evocadora que engrandece las imágenes.
Además de la belleza visual, la fuerza de ‘La vida secreta de Walter Mitty’ reside en el optimismo y vitalidad que desprende la cinta y algunos golpes de humor, que funcionan mejor que el sentimentalismo que quiere despertar en el espectador. Deja claro que lo que mejor se le da a Ben Stiller es la comedia.