Las bases de la recuperación

Especial XXII Aniversario

Las bases de la recuperación

Rosa Duce, economista de Deutsche Bank en España

A medida que han ido pasando los meses hemos visto cómo la economía mundial ha ido ganando fortaleza. Los esfuerzos de consolidación fiscal y reformas estructurales parecen estar dando su fruto. El año 2013 parece que por fin será el año en el que se asienten las bases de la recuperación. A medida que han ido pasando los meses hemos visto cómo la economía mundial ha ido ganando fortaleza, fundamentalmente gracias a EEUU. El acuerdo el último día del año 2012 sobre el abismo fiscal permitió eliminar uno de los mayores focos de incertidumbre que pesaban sobre consumidores y empresarios americanos, y esto se ha notado en las cifras de crecimiento. Finalmente, el coste del ajuste fiscal será del 1,5% del PIB (frente al 4,5% estimado inicialmente), y además este coste se repartirá en diez años. Esto, añadido a una política monetaria que, pese a las amenazas del presidente de la Fed, seguirá siendo expansiva durante mucho tiempo, ha servido para elevar la ilusión de los inversores. La economía americana vuelve por tanto a niveles de crecimiento potencial, y esto implica posibles revisiones al alza en las estimaciones de beneficios y potencial alcista para Wall Street.

También en Europa hay margen para el optimismo. Los datos muestran que la economía europea salió de la recesión en el segundo trimestre del año, y además que los esfuerzos de consolidación fiscal y reformas estructurales parecen estar dando su fruto. El discurso del BCE de tipos bajos durante mucho tiempo ha servido para mantener la calma en los mercados de deuda, incluso en momentos de fuerte incertidumbre como el rescate a Chipre o las sucesivas crisis de gobierno en Italia. El resultado: más confianza no solo hacia los considerados países refugio, sino especialmente hacia los países periféricos, como España. Las grandes gestoras de fondos internacionales vuelven a mirar a nuestro país y esto se nota en un fuerte apetito por activos de renta fija y renta variable, sino incluso, por algunos bienes inmobiliarios. De cara al futuro, España debe seguir avanzando en las reformas pendientes que permitan mantener la ilusión de los inversores extranjeros y, a la postre, volver a lograr cifras de crecimiento sostenibles a medio plazo.

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