Raúl del Pozo se ha hecho eco hoy del “festival de ambiciones y venganzas” que existen en el seno del PP tras las últimas revelaciones sobre el ‘caso Bárcenas’. En su habitual artículo en la contraportada de ‘El Mundo’, titulado ‘Casa de muñecas’, el veterano periodista asegura que alguien sobra en la sede nacional del PP. Incluso, con la ayuda de “los expertos”, señala a Javier Arenas, Alberto Ruiz Gallardón y María Dolores de Cospedal como los dirigentes con más papeletas para abandonar Génova.
Y es que, “oyendo cómo se expresan algunos cabecillas de Génova, parece mentira que no estalle el aparato”, asegura Del Pozo que remarca que “los insultos entre ellos son la calderilla retórica de las diversas generaciones y banderías”. Una situación que Mariano Rajoy observa “como un vuelo de moscas” y “adquiriendo prestigio de líder silencioso, hierático, nihilista, distante en la cumbre del cimborio controlándolo todo, con la amnesia forzada de los libros de visitas y de las cámaras de la sexta y la séptima”.
Este silencio dista, según remarca el reconocido periodista, con los movimientos de algunos populares. Para escenificar cómo “algunos siguen viendo la política como una conspiración permanente”, Del Pozo recurre a una crónica de Carmen Remírez de Ganuza, periodista de ‘El Mundo’, que “cuenta la puesta en escena del partido que gobierna durante un reciente acto público”.
En concreto, cómo Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Arenas y María Dolores de Cospedal evitan compartir escenario. “Nadie se pisa el terreno. Es el vodevil del PP, protagonizado por dos estrellas, Santamaría y Cospedal, los hombres fuertes de Rajoy, pero cada una tira de uno de sus brazos”, escribió la mencionada periodista. Una escena que le vale a Del Pozo a comparar a la vicepresidenta del Gobierno y a la secretaria general del PP con “Isabel y Juana la Beltraneja, apoyadas cada una por uno de los bandos, protagonizan una guerra de sucesión infantil como si jugaran a las muñecas”.
Una batalla en la que, según este periodista, “Cospedal tiene enfrente a la vieja guardia, que le acusa de haber empujado a Bárcenas para ser la condotiera anticorrupción”. “Esperábamos”, le cuenta un ‘aznarista’, “que defendiera al PP, no a sí misma. Esperábamos que dijera como Cascos: pongo la mano en el fuego por mis compañeros. Tuvo la tentación de meter a Aznar en el lío y le avisaron: ten cuidado, te tritura en cinco minutos”.
Todo, mientras “Soraya, hilando leyes y decretos en el torreón, ha aprendido del tardo y hermético Rajoy a estar callada”.
Esta situación provoca que en el PP se escuche la siguiente pregunta: “¿Qué va a hacer con Arenas?”. Una cuestión a la que se une qué pasará con el futuro de Cospedal. “¿Ha caído en desgracia y ha dejado también el aparato en manos de Rajoy, o es la delfina?”, es el interrogante que ya se deja notar en las filas de un Partido Popular en el que tampoco se garantiza la permanencia del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
