Leopoldo González-Echenique echó a las voces más representativas de RNE nada más llegar a la Presidencia de RTVE hace ahora un año (Juan Ramón Lucas, Toni Garrido y Pepa Fernández). Renovó toda la programación y colocó nuevas caras al frente de los espacios más seguidos. Su estrategia ha fracasado como constata el último EGM de la temporada: el matinal ‘El día menos pensado’ ha retrocedido un 30,6% en el último año mientras que ‘Nunca es tarde’ acumula una caída de audiencia del 68%.
En términos globales, la emisora pública despide la temporada con 1.332.000 oyentes, un 31,4% menos que hace un año. No obstante, frena su caída (repunta un 5,1%) si se comparan los datos de este Estudio General de Medios (correspondiente al periodo abril-junio) con la oleada anterior (enero-marzo).
Estos datos no hacen más que constatar los temores de cerca de la mitad de la plantilla de RNE que hace cerca de dos meses firmó un documento manifestando su preocupación por la pérdida de oyentes en las últimas oleadas del EGM. En el texto también se alertaba del regreso de “los tiempos de la manipulación y el sectarismo” a la emisora y sobre “el hundimiento de la calidad”.
Algunos empleados denunciaron, tras hacerse público este documento, que el director de RNE en ese momento Manuel Ventero había iniciado una ‘caza de brujas’ para conocer quién impulsó la protesta. La tensión llegó a tal punto que Echenique decidió finalmente apartarle y nombrar a un nuevo director: Alfonso Nasarre.