En plena polémica sobre la reestructuración del modelo público de pensiones y su desvinculación de la tasa de inflación, las cifras muestran que los fondos privados de jubilación están lejos de ser la panacea que muchos predican. En los últimos 15 años, el tiempo mínimo que los expertos juzgan necesario aportar para poder recibir después una paga aceptable, su poder adquisitivo medio ha caído un 27,1%.
A lo largo de la última década y media, la rentabilidad que arroja el conjunto de fondos de pensiones en España se queda en un modesto 1,56% de media anual -un acumulado del 23,4%-, según un reciente informe de la patronal Inverco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones. En el mismo periodo de tiempo, los precios de los bienes de consumo se han disparado un 50,5% en nuestro país, según estadísticas oficiales del INE.
A cinco años, un tiempo con el que muchos trabajadores de mediana edad podrían identificarse, la rentabilidad media de los fondos privados de pensiones se queda en un aún más modesto 1,8% anual que da lugar a un acumulado del 9% frente a una inflación del 9,6%. El retroceso que la gran mayoría de los mercados de inversión se han apuntado precisamente en el último lustro, desde la debacle de Lehman Brothers en 2008, no perdona a estos planes de inversión para un merecido retiro feliz. Sólo en renta variable, básicamente inversiones en Bolsa, los fondos de pensiones sufren en este tiempo pérdidas por el 0,81% de su capital, según datos de Inverco.
El golpe de la caída de las Bolsas no es pequeño para los aportantes de estos planes, pues de media en España tienen invertido un 22% de su capital en acciones de compañías nacionales y un 10% más en títulos cotizados de compañías internacionales, siempre según un informe publicado hace sólo una semana por la consultora internacional Mercer. Sólo un 4% se encuentra destinado a renta fija -bonos de deuda- y un 3% en derivados. El resto, hasta un sonoro 61% está en ‘ladrillo’. Y la situación del mercado inmobiliario no atraviesa tampoco uno de sus momentos más boyantes, mientras los expertos siguen augurando nuevas caídas de precios en la vivienda e inmuebles no residenciales.
El principal aliado de estos fondos de pensiones contra la inflación, que como el resto de productos de inversión colectiva sufren la mordida de la crisis, se encuentra precisamente en el 3% invertido en derivados. Buena parte de esta fracción se refiere a complejos contratos que buscan cubrir una parte del incremento de precios que resta atractivo a su desempeño interanual.
Mientras todo esto ocurre, los fondos de pensiones en España gestionan ya un volumen de ahorro de 87.810 millones de euros a cierre de marzo, según la patronal del sector. En los últimos doce meses, la entrada de nuevas aportaciones fue de 3.916 millones de euros, mientras que las prestaciones ascendieron a los 3.946 millones. Una salida de caja de 30 millones de euros para el conjunto de las gestoras de planes de pensiones privados.
Si se toman como referencia cifras previas al estallido de la actual crisis económica, la pérdida de poder adquisitivo es aún más evidente. Siempre tomando como referencia la media del sector, pues las cifras varían en función de la distribución de activos de cada instrumento y el tino a la hora de escoger inversiones y valorar riesgos.
En el año 2005, un trabajador que hubiera aportado a su fondo de pensiones durante 15 años habría obtenido una rentabilidad media anual del 6,98%. Una cifra que supone más de tres veces lo que recibiría un aportante que este año 2013 decidiera retirarse después de tres lustros dedicando sus ahorros a su plan de pensiones.