El Banco de España, por boca de su gobernador Luis Linde, ha lanzado la idea de que a ciertos parados -se supone que a los que llevan mucho tiempo en la cola del INEM sin encontrar nada- se les pueda contratar sin la necesidad de cumplir el salario mínimo. Esto, en la redacción, nos ha sonado a los famosos ‘minijobs’ alemanes, que es un concepto que no cuenta con las simpatías de mi jefe. Así que hemos acudido a él con la cuestión, no fuese a ser que hubiese cambiado de opinión.
Pero no; parece que la opinión del veterano sigue siendo la misma aunque ha querido aclarar que él no ha tenido acceso a las declaraciones literales de Linde. Lanzado el aviso, y basándose en las reproducciones aparecidas en la prensa, mi jefe ha cargado contra la «locura panhanseatica» procedente del norte de Europa que busca la mejora de la economía mediante los despidos y la reducción de salarios. Porque, argumenta el tipo, con despidos y unos salarios más bajos se resiente el poder adquisitivo del consumidor, y sin consumidor no hay consumo.
Por tanto la pregunta que mi jefe le lanzaría a Linde de vuelta es: ¿vamos a hablar en serio alguna vez o vamos a seguir vacilando? Porque hablar en serio supone coger a los grandes bancos alemanes y abrirles las tripas, a ver qué tienen. O mejor dicho, qué no tienen. Y ya con sus carencias en conocimiento del público, decidir qué se hace o se deja de hacer. Pero seguir permitiendo que nos gobiernen unas entidades quebradas es un auténtico esperpento.