La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el banco malo, está exigiendo unos precios demasiado altos en los mejores activos y créditos en venta, según publica la agencia Reuters, que destaca el descontento de los grandes inversores inmobiliarios y señala que se están retrasando operaciones que podrían aflojar la presión sobre las finanzas públicas.
Al igual que ya ocurrió con el banco malo de Irlanda, al Sareb está teniendo un comienzo muy lento en sus esfuerzos para generar rentabilidad. Los banqueros ya habrían advertido de que una auditoría permanente del valor real de los bienes en su poder podría revelar que muchos de estos activos no valen casi nada, lo que obligaría al Gobierno a tener que buscar más capital para absorber las pérdidas.
Sin embargo, pese a este riesgo inherente, y el hecho de que la economía española sigue sin levantar cabeza, los inversores inmobiliarios se quejan de que la Sareb está mostrando pocas señales de querer rebajar sus pretensiones, exigiendo unos precios que se acercan a los de activos de primera calidad en mercados como París y Londres.
“No voy a perder más tiempo con la Sareb”, señala a la agencia Reuters un inversor de una firma que maneja más de 5.000 millones de euros en activos inmobiliarios europeos, y que prefiere mantener su anonimato. “Hay buenas ofertas en España, pero no a través de la Sareb”, concluye.
Un portavoz de Sareb ha señalado a la agencia británica que el banco malo está satisfecho con los progresos realizados hasta la fecha, y ha agregado que hay tiempo para cumplir con el objetivo de rendimiento anual de entre el 13% y el 14% a 15 años, por lo que el objetivo es vender a los mejores precios posibles.