El parlamentario andaluz Juan Manuel Sánchez Gordillo vuelve a aparecer en los medios para defender la ocupación de la finca de Las Turquillas en la localidad sevillana de Osuna. En su argumentario a favor de esta controvertida acción ha llegado a asegurar que «Gandhi firmaría ahora mismo» en apoyo a la misma. El asalto a la propiedad está a punto de cumplir un año y el político tiene un juicio pendiente.
«En absoluto me arrepiento de algo» ha vuelto a proclamar el que también es alcalde de Marinaleda por Izquierda Unida en una entrevista en El Gran Debate de Telecinco. En el espacio televisivo ha defendido la legitimidad de la ocupación de la fina del Ejército, junto a Diego Cañamero, secretario del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en el que Sánchez Gordillo también goza de un destacado protagonismo. Considera que de las 1.200 hectáreas que abarca Las Turquillas, el Ejército no necesitaría más que 20 ó 30 para los cuidados de los «20 borricos y 70 u 80 caballos» que allí tiene.
Más allá de las alusiones a Gandhi, el polémico líder izquierdista ha afirmado que «los jueces nos tendrían que aplaudir por hacer lo que el Gobierno debiera hacer» en lugar de llamarlos a juicio. Y es que el alcalde de Marinaleda tiene pendiente una cita ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por un presunto delito de usurpación de la propiedad. Una opinión con la que Cañamero se ha mostrado totalmente de acuerdo al asegurar que la ocupación de la finca ursaonense «no es delito» sino que debería contar con el aplauso de toda la sociedad.
Fiel a su discurso por muchos tildado de radical, Sánchez Gordillo ha dicho en el programa de debate político que «la tierra no es de nadie, debe estar al servicio del campensino». Además ha subrayado en varias ocasiones que su objetivo es crear trabajo, por lo que el Gobierno debería estar agradecido. «Agua, tierra y semillas son de la comunidad que la trabaja; el alimento debe ser un derecho y no un negocio de unos cuantos» ha remarcado el líder comunista.
La ocupación de la finca de Las Turquillas comenzó el verano del año pasado como reclamación para dar un terreno a los jornaleros en paro de los municipios colindantes con la misma, a la que Sánchez Gordillo y Cañamero acusan hoy por hoy de «usos especulativos». «La finca es pública y también es nuestra» ha señalado el parlamentario conocido también por ocupaciones de otras propiedades, sucursales bancarias y asaltos a supermercados próximos al municipio que gobierna.
