Cristóbal Montoro ha vuelto a hablar y en las panaderías han comenzado a pedir más pasta de repente. ¿Pues no dice ayer el ministro de Hacienda que pretende imponer un tipo «moderado» a los depósitos bancarios para compensar a las comunidades que vieron anulado su impuesto autonómico? Como Chipre no ha generado todo el pánico esperado, Montoro ha acudido en ayuda de los astros.
Mi jefe, al enterarse de la noticia, ha dicho que no le sorprende demasiado. Que Montoro suele generar escalofríos cada vez que va a realizar una declaración. «A ver qué va a decir, a ver qué va a decir…». Parece que no le fue otorgada, al nacer, la gracia de controlar el modo ni el tiempo a la hora de decir las cosas. En consecuencia, tenemos a un tipo bastante poco afortunado.
Además… ¿era necesario mencionar lo de los depósitos ahora? ¿Nos va la vida -como país- en ello? ¿No podía esperar un par de semanitas a soltar el anuncio, con las aguas más calmadas y la peña más tranquila? Y ya de paso, ¿no podría debatir más en el Congreso sobre este y otros asuntos? En fin, una más de Montoro.
