Angela Merkel se ha pronunciado sobre la votación que tuvo lugar ayer en el Parlamento de Chipre, en donde se rechazó aplicar una quita a los depósitos bancarios que podrían haber agilizado los trámites del rescate internacional que se espera en la isla mediterránea. La canciller alemana ha lamentado este rechazo, aunque ha dicho que respeta la decisión.
En cualquier caso, y siendo probablemente consciente de la lupa con la que observa todo el mundo sus movimientos, Merkel ha asegurado que la Troika –así se conoce al grupo de acreedores institucionales compuesto por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea- debe presentar, ahora, una nueva propuesta para que la isla pueda evitar la quiebra.
Para la líder democristiana es indispensable que Chipre cuente con un sector financiero fuerte y saneado que esté en condiciones de devolver las ayudas que le conceda el fondo de rescate europeo. Además, Merkel ha insistido en la condición de «socio» que mantiene con Chipre, al estar ambos países dentro del euro.
El Parlamento chipriota no vislumbró ni un solo voto a favor de realizar una quita en los depósitos bancarios del país. Esta quita –establecida en el 9,9% para los depósitos superiores a los 100.000 euros y en el 6,75% para los que encerrasen entre los 20.000 y los 100.000 euros- hubiese podido proveer al país con los 5.800 millones de euros adicionales que necesita, más allá de los 10.000 millones de euros que Bruselas está dispuesta a poner sobre la mesa.
