Avalmadrid es una sociedad de garantía recíproca cuya labor es facilitar y ayudar a la financiación de las pymes, autónomos y emprendedores de la Comunidad de Madrid, mejorando las condiciones de financiación y/o subvención a las que pueden acceder las empresas madrileñas tanto en coste como en plazo.
Esto es al menos la teoría, pero la realidad de los empresarios que se acercan hasta su puerta en busca de financiación es bien distinta. Desde el año 2008 los emprendedores vienen reclamando una especial sensibilidad para los proyectos empresariales que tengan mayor valor añadido y que pueden ser viables. Para ello hay que flexibilizar los criterios financieros a la hora de conceder créditos.
Las pymes representan en España el 99% del tejido empresarial y tenemos más de tres millones de pequeñas y medianas empresas que con que cada una pudiera incorporar a su plantilla una sola persona, habríamos adelantado mucho en la resolución de nuestro acuciante problema de paro. A pesar de la propaganda oficial, Avalmadrid otorga menos avales técnicos que sus homólogos en otras regiones.
Avalmadrid recuerda que lo principal para acceder a sus ayudas es presentar y tener listo un plan de negocio que a sus ojos sea viable y coherente para conseguir minimizar los riesgos a los que se enfrenta cuando presta el dinero. Después, los responsables de este organismo se encargarán de hacer una selección de aquellos proyectos que sean interesantes y que estén adecuados a la realidad. Pero sobre todo destacan una idea que por sí sola no vale nada: «lo que vale es la capacidad de ejecución», aseguran.
Pero se tendría que mejorar la flexibilidad del sistema para poder avanzar y ante eso la reforma laboral en principio sí que plantea mejoras tanto en fiscalidad y burocracia como en el acceso a la financiación por parte de autónomos, pymes y emprendedores. A pesar de ello, se echan en falta algunas cuestiones como el apoyo a la financiación a través de instrumentos como las sociedades de garantía recíproca, por la que se logra financiación por medio de un aval, y la recapitalización de la prestación por desempleo. Esto último se manifiesta muchas veces en que cuando se llevan tres o cuatro con una empresa, se tienen que seguir pagando impuestos y muchos empresarios no pueden hacer frente a estos gastos.
Mi experiencia personal atestigua que la exhaustividad de papeleo que demanda Avalmadrid es superior a lo que solicita cualquier entidad bancaria, que se dice pronto. Además, el análisis que hacen los técnicos sobre los proyectos presentados es nefasto. Aunque teóricamente tienen tres líneas de actuación: inmovilizado, circulante y la de emprendedores, en todos los escenarios en los que yo he aplicado te dicen siempre que no. Eso sí, después de estar más de un mes y medio analizando el caso, es decir, como para una urgencia.
Al final, y comparando, se pueden llegar a conseguir mejores condiciones consultando varios bancos que las que ofrece una sociedad que teóricamente está creada para atender las necesidades de aquellos que no pueden acceder al circuito bancario normal.
Entre otros ejemplos puedo aportar una operación de 400.000 euros que fue aprobada un año antes cuando las cifras que presentaba la compañía eran peores que las actuales pues no se había realizado el correspondiente ERE, la quita con proveedores, etc. y fue denegada porque las ventas habían caído. Efectivamente señores de Avalmadrid, la facturación disminuyó por el desplome de los precios.
Para más INRI cuando te deniegan la ayuda es imposible que te devuelvan la documentación aportada y cuando finalmente y con requerimientos notariales por medio lo consigues, no aportan el certificado oficial de por qué te lo han denegado.
En definitiva, hay que auditar y analizar estos organismos, pues en muchos casos se demuestra que el objeto para el que se concibieron, hace años, no se está cumpliendo. Y por tanto se convierten en organismos innecesarios porque no cumplen el objetivo para el que fueron concebidos.
* Fernando Company, Consejero delegado de Company Group Co.