La marca Francia sigue viva y muy bien. Con independencia de las agencias de rating y la prima de riesgo. ¿Quizá tenga que ver con el éxito de su cine en el exterior? Muchos analistas creen que sí. Sin contar con el dinero recaudado por unas películas que en 2012 consiguieron su récord histórico de espectadores extranjeros. Nada menos que 130 millones de espectadores.
Las comparaciones son odiosas y, además todavía no pueden hacerse porque las cifras oficiales de la taquilla de las películas españolas en el extranjero aún no están disponibles.
Pero el año pasado, un ejercicio en el que el cine español consiguió, otra vez, más espectadores fuera que en las salas de su propio mercado, el número, considerado un éxito, rondó los 30 millones. Mientras que los galos conseguían 74.
Y, aunque en el récord de este año se incluye una película muda, la oscarizada ‘The Artist’ que tiene mucho que ver con las espectaculares cifras, y otra rodada en inglés, ‘Taken 2’, mayoritariamente las películas francesas salen al exterior en su propia lengua. Y constituyen un poderoso argumento para promocionar su uso en el mundo.
Y eso que su mercado potencial, relacionado directamente con el número de hablantes, es muy inferior al español. Sin embargo, el éxito quizá tenga más relación con otros asuntos.
Con las cuotas de pantalla, la protección oficial y el esfuerzo de los organismos públicos como el Centro Cinematográfico Nacional, que cuenta con un presupuesto de 8 millones de euros, por hacerle un hueco a estas películas en las multisalas globales, con de la poderosa industria de EEUU es la reina, con más del 80% de cuota de pantalla.
