Las nuevas tecnologías y los hallazgos de yacimientos de hidrocarburos en lugares inesperados y sorprendentes están provocando un cambio radical en la gran industria petrolera internacional que parece a punto de enfrentarse a una transformación decisiva. El proceso, aún incipiente, ya ha endurecido la batalla territorial, industrial y estratégica que libran las grandes compañías y provocado cambios en los usos tradicionales de este mercado.
Durante el último par de años los precios del petróleo se han mantenido relativamente estables entre sí. Los dos grandes referentes de la industria -el barril de Brent que cotiza en Londres y el West Texas que cotiza en Nueva York- han sostenido un diferencial próximo. Hasta ahora, porque esa ecuación podría llegar a su fin pronto. Los expertos de la industria advierten que cada vez son más los fondos que apuestan por desplazar al West Texas por un nuevo referente estadounidense: Light Louisiana Sweet (LLS).
El problema se encuentra en el precio del barril de West Texas: actualmente cuesta 88,66 dólares por unidad. Esto supone unos 20 dólares menos que el precio de un barril de Brent (108,97 dólares). Y ello se debe, según los expertos consultados por EL BOLETÍN, a la llamada «revolución del ‘shale oil'». El ‘shale oil’ (cuya traducción aproximada sería algo así como «petróleo de esquistos bituminosos»), al igual que el ‘shale gas’, es una fuente de energía procedente del norte de EEUU y, sobre todo, de los campos canadienses.
Terriblemente contaminante, en opinión de los ecologistas, puede solucionar el futuro incierto de EEUU como potencia hegemónica durante las próximas décadas.
Desde el año 2011 se ha comenzado a extraer muchísimo petróleo desde el norte del continente Norteamericano. Sin embargo, faltan infraestructuras para trasladarlo. Por lo tanto los barriles se amontonan y, así, el precio del West Texas se mantiene tan por debajo del barril de Brent, con la consiguiente incapacidad de especular por parte de los fondos de inversión especializados en los mercados de futuros. Los precios del Light Louisiana, sin embargo, se encuentran parejos a los del Brent: en el entorno de los 105 dólares por barril ahora mismo.
Son ya varios los artículos publicados en la prensa internacional que han destacado la importancia que supone la «revolución del ‘shale oil'». En primer lugar, y desde una perspectiva más internacional, restaría dependencia energética a EEUU y, sobre todo, otorgaría un elemento de ventaja a la primera potencia económica del mundo sobre la segunda, que es China y que en materia energética no ha logrado realmente nada. En segundo lugar, y en un tono más doméstico, la «revolución del ‘shale oil'» sirve para reactivar ciudades semi-abandonadas en algunos estados de EEUU y, en general, para generar trabajo.