Estamos en navidades, a pesar de la crisis las calles se han llegado de peatones, y las policías, que suelen estar atentas a todos los peligros que nos amenazan, incluido el de una pelota de goma en los ojos si se nos ocurre participar en una manifestación, alertan sobre las manos largas. Hay que guardar bien las carteras por enflaquecidas que se hallen. Es una recomendación que cobra fuerza con todas las noticias que van llegando a la redacción. Estamos algo más tranquilos con Diaz Ferrán y sus compinches en la trena pero no hay que confiarse. Quedan fuera muchos como ellos.
Porque, además, vuelve Silvio Berlusconi a incordiar en primera línea de la política italiana. Todavía no ha terminado de frecuentar los juzgados y de escaquearse de descansar un tiempo en una celda, y como ahora dispone de mucho tiempo, más del que el cuerpo le soporta, para recibir visitas de picolinas sin edad, ya quiere volver a gobernar. Se ve que tiene mono de poder y nostalgia de los días en que sus escándalos llenaban las primeras páginas. Sin él Italia iba bastante mejor, daba una imagen más seria y solvente, pero eso le importa un carajo.
Además de todo lo demás, se cree providencial y se fía vanidosamente de lo que le susurra al oído su corte de aduladores y testaferros, así que si Dios no lo remedia, porque ya se ha visto que el Vaticano sobre Berlusconi no contempla pervivencia de las Tablas de la Ley, en la inminente campaña electoral italiana tendremos al Cavaliere del triste recuerdo peleando con su dinero y parte del ajeno por volver a ser primer ministro, un cargo que en Italia viste mucho.
Con lo bien que todos, incluso los extranjeros, nos encontrábamos sin tener que soportar a diario sus payasadas, sus salidas de pata de banco, sus esperpénticas reacciones… Se nota que la alegría nunca dura en casa del pobre. Es la vida que de vez en cuando nos pone en alerta de males y peligros. Por eso hoy me hago eco de las alertas de las policías, nacionales y autonómicas: en los tiempos que corren, todo se vuelven razones para cuidar mejor de la cartera.
