La banca quizá se equívoca

Cuentos que cuentan

La banca quizá se equívoca

La banca española formalmente sana quizá comete un error de bulto al no establecer una clara separación, aunque sea de matiz, con las entidades rescatadas que han recibido fondos públicos por encima de la mesa. Es un hecho que los ciudadanos que empiezan a ocupar los espacios públicos para protestar y exigir directamente la reparación que no les proporcionan los partidos políticos están cuestionando al sector bancario en su conjunto casi como un todo indivisible.

Para ellos el punto de origen de la crisis está en los bancos que por culpa de unos malos gestores que ganaron mucho dinero se han convertido en receptores de ayudas públicas sin cuento. A ellos se destinan unos fondos que salen del bolsillo de todos y cuya escasez en las arcas públicas provoca pérdidas de derechos, deterioros en el Estado del bienestar, congelación de pensiones, rebajas en los sueldos y paro.

A cambio estas mismas entidades financieras mimadas por los políticos responden a la sociedad con desahucios y dejan sin casa a las pobres familias que han perdido su trabajo y no pueden pagar sus hipotecas. La culpa de ese drama social es, además, de esos mismos bancos. De las entidades financieras que un día les dieron un préstamo que no podían pagar sin gestionar como profesionales bancarios el riesgo inherente a cualquier operación de crédito.

Para colmo, esa misma banca culpable, no cumple, en absoluto, su contrato con la sociedad. Ni hace circular el crédito para financiar la inversión, la creación de puestos de trabajo y el consumo, ni cuida con celo el dinero que se le entrega en depósito como ha quedado claro con el escándalo de las preferentes, vendidas a muchos clientes como simples depósitos a plazo fijo muy rentables y no como el complejo producto financiero que son.

De modo que si, en algún momento se desata la ‘caza de brujas’ los baqueteados ciudadanos van a hacer que las compañías financieras lo pasen verdaderamente mal. Todas por igual. Las sanas, las quebradas, las solventes y las rescatadas.

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