Los sectores ultracatólicos del PP están que trinan. La sentencia del Constitucional sobre los matrimonios homosexuales ha sido un jarro de fría para un colectivo que aún espera que Rajoy cumpla alguna de sus promesas electorales, como la reforma del aborto. Por ello, no han dudado en lanzar una advertencia al presidente del Gobierno: no llamarán “matrimonio” a las bodas gays y le exigen que recupere el tradicional significado del casamiento.
“Presidente Rajoy: Yo no lo llamaré matrimonio. Por favor, recupere cuanto antes el matrimonio como realidad distinta de las uniones homosexuales”. Este es el claro y tajante mensaje que desde los sectores más conservadores, cercanos al PP, se ha lanzado al presidente del Gobierno ante la sentencia del Constitucional sobre los matrimonios gays.
Y es que, desde colectivos como HazteOir.org se preguntan qué ha pasado con las críticas que el PP esgrimió hace siete años para presentar su recurso ante el Alto Tribunal, y que ahora sólo manifiesta públicamente el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. “Los argumentos del PP no tienen fecha de caducidad”, recuerdan y “son tan válidos en 2005 como en 2012, a menos que los dirigentes del partido del gobierno ya no se reconozcan en ellos”.
Por ello, no tienen reparos en pedir que se recupere la “cordura”. “Recuperar la institución del matrimonio es posible. Diga lo que diga el Tribunal Constitucional, la naturaleza de las cosas es la que es y no la que los gobernantes y legisladores dictan”, aseguran desde este colectivo cercano al PP en el que se pide a Rajoy “que recupere la institución del matrimonio en el Código Civil”.
Además del mensaje al líder del PP, estos sectores ultracatólicos desvelan alguna de las consecuencias que tendrá la decisión del Alto Tribunal. “La institución del matrimonio pierde su naturaleza y se abre a cualquier significado: hoy son las uniones de personas del mismo sexo, pero en el futuro, y de acuerdo con la doctrina del Tribunal sobre la evolución de la sociedad, matrimonio puede llegar a ser la poligamia y la poliandria, las uniones de personas con animales domésticos o salvajes, o las de personas con máquinas o de máquinas entre sí”.