¿Vagos? ¡Vamos, anda!

Opinión

¿Vagos? ¡Vamos, anda!

Los alemanes — mayormente los políticos, economistas y algún que otro periodista –, nos acusan a los españoles de vagos, de folklóricos y de pasarnos la vida bebiendo sangría y bailando sevillanas que, por cierto, el noventa y mucho por ciento no hemos probado a bailar nunca. Pero nos han puesto la etiqueta y ya no nos la vamos a quitar por mucho que vivamos, al menos hasta que la vida dé una de sus vueltas cíclicas y todos tengamos que tener que volver a solidarizarnos con otra Alemania de esas cuyas ambiciones de supremacía mundial la impulsan a meterse en líos como los que nos recuerdan las páginas más tristes de la Historia.

Eso de que somos vagos y no trabajamos será, claro, porque muchos no encuentran donde, en buena medida por la política que a modo imperial impone Alemania y nuestros gobiernos, pasados y presentes, acatan con la mayor de las docilidades. Porque luego vienen las estadísticas, a las que nos tienen tan acostumbrados últimamente los mandamases, y resulta que mientras los laboriosos alemanes trabajan 1.413 horas al año, los haraganes españoles curramos 1.690, es decir, si es que no se me ha olvidado restar a mano, doscientas setenta y siete horas más, que no es poco.

No llegamos, todo hay que decirlo, a la media de la OCDE, que anda por las 1.776 – datos correspondientes al año 2011 –, pero estamos por encima de once países industrializados, como la propia Alemania de doña Angela Merkel, insisto. Son datos fiables al máximo y avalados por los expertos más expertos en estos cálculos. Nos quedarán como un motivo de satisfacción y tranquilidad para nuestras conciencias. Porque el estigma que nos han echado encima por ahí arriba, ya digo, no nos lo vamos a quitar. Así que el que sepa, que siga disfrutando de las sevillanas y que no renuncie a la saludable cabezada después de comer, y a la Merkel y compañía pues… que les den morcilla, perdón, salchichas.

Más información