Mientras Olli Rehn comparecía con Luis de Guindos tras su entrevista con Mariano Rajoy, su portavoz en Bruselas, Oliver Bailly, mostraba cierto malestar con Cristóbal Montoro a quien acusaba de haberse precipitado al incluir en el déficit las pérdidas de las entidades bancarias cubiertas por el FROB.
La Comisión considera también que habría varias formas de reflejar el impacto de estas inyecciones de capital público en las entidades financieras. Por ejemplo, si se considerasen como un préstamo del Estado al FROB no computaría como déficit, aunque sí aumentaría la deuda.
En cualquier caso, desde Bruselas se asegura que en el caso de que a finales de este año, el objetivo de déficit no se hubiera cumplido por esta circunstancia, lo tendrían en cuenta, como ya se hizo en el caso de Irlanda, país en el que los rescates bancarios llegaron a elevar el déficit hasta el 30%.
Para la Comisión, se trata de casos singulares y puntuales que sólo se reflejan una vez en las cuentas y, evidentemente, no se puede culpar de ellos a los gobiernos, obligados a sanear los sistemas financieros averiados.