Bob Diamond ha comenzado a rendir cuentas ante legisladores británicos un día después de renunciar como presidente ejecutivo de Barclays. La primera pregunta parlamentaria ha sido una invitación para explicar por qué ha dimitido. El ha contestado que lo hizo porque el apoyo de los reguladores ya “no era tan fuerte”. Además ha asegurado que “ama a Barclays” y que “un pequeño grupo de traidores” fueron los responsables de la manipulación de las tasas de interés.
En todo momento Diamond está intentando mostrarse relajado y sereno, incluso se ha permitido hacer una broma con su edad, cuando le han preguntado cuántos años llevaba trabajando en el banco.
El testimonio de Diamond en la investigación parlamentaria podría ser explosivo ya que Barclays difundió después de su dimisión un informe interno fechado en 2008, en el punto más álgido de la crisis financiera, que daba a entender que el Banco de Inglaterra y el Gobierno habían estado de acuerdo en que el banco diera estimaciones artificialmente bajas de sus costes para pedir dinero prestado para evitar dar la impresión de que las entidades financieras británicas estaban en problemas.