La labor de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) durante la reciente crisis de Bankia ha levantado no pocas críticas entre algunos analistas, que no se explican que el valor no haya sido suspendido de negociación ni una sola vez durante los últimos días.
La semana de pasión de Bankia comenzó el viernes, cuando la entidad presentó al regulador unas cuentas anuales sin auditar, debido, según su explicación, a la “complejidad” del ejercicio 2011. El banco tenía de plazo hasta el 30 de abril para presentar estas cuentas.
Según se conoció después, Deloitte no quiso firmar estas cuentas debido a un desfase en el balance de unos 3.500 millones de euros, lo que aceleró los planes del Gobierno para rescatar a Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia.
En medio de rumores de nacionalización, la cotización del valor se desplomó, mientras el presidente del banco, Rodrigo Rato, anunciaba su decisión de renunciar al cargo, que asumiría con la mayor brevedad posible, José Ignacio Goirigolzarri. De nuevo, la CNMV guardó silencio, aunque muchos operadores daban por hecho que se suspendería la cotización con el relevo en la cúpula.
Según publica Finanzas.com, que cita fuentes de la CNMV, la decisión de suspender o no un valor es algo “con lo que hay que ser muy cuidadosos” por que “quitas al inversor minorista la posibilidad de tener liquidez”. En esa línea, el regulador constató que “no había ningún hecho concreto que comunicar al mercado”.