El Gobierno aprobará este viernes un nuevo real decreto en el que exigirá nuevas provisiones sobre los activos inmobiliarios considerados sanos, un movimiento que se produce después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) vertiese en un reciente informe sus sospechas sobre una morosidad encubierta en la banca española.
El sector bancario español tiene actualmente unos 140.000 millones de euros en activos inmobiliarios no problemáticos (al corriente de pago), actualmente cubiertos con una provisión del 7%. Sin embargo, el viernes esta cobertura podría elevarse hasta el 30%, aunque lo más probable es que se diferencie según el tipo de activo, penalizando especialmente al suelo frente a la vivienda acabada.
Según los cálculos de la agencia Efe, esta provisión sobre activos sanos podría elevar los saneamientos entre 20.000 y 40.000 millones, que se sumarían a los 54.000 millones ya provisionados con el anterior decreto ley.
El nuevo decreto ley que prepara el Gobierno es una respuesta directa a las sospechas vertidas recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre una morosidad oculta en el sector financiero español debido a la predisposición de los bancos a aceptar refinanciaciones en las deudas de los clientes, especialmente las inmobiliarias.
La refinanciación de la deuda de las inmobiliarias se ha convertido en una práctica habitual de los bancos, ante la incapacidad de las inmobiliarias para devolver los préstamos y la reticencia de las entidades de adjudicarse nuevas promociones inmobiliarias, que deben ser fuertemente provisionadas.
Estas prácticas para refinanciar créditos se engloban dentro de lo que en algunos blogs internacionales especializados ya comienza a denominarse ‘realismo mágico financiero’, cuyo máximo exponente consideran que es el uso del FGD, financiado por los bancos, como instrumento para rescatar a las entidades en apuros.
Una muestra son las recientes cuentas anuales presentadas sin auditar pos Bankia, que arrojan una morosidad encubierta de 9.920 millones de euros. Esa es la cifra de créditos dudosos que renegoció el grupo que preside Rodrigo Rato para mantenerlos al corriente de pago. BFA cuenta con una cartera crediticia de 188.000 millones de euros. Pese a estos acuerdos para refinanciar los préstamos, la morosidad del grupo alcanzó el 8,66%, frente al 6,34% de 2010, por encima de la media del sector.
La morosidad del sector financiero español alcanzó en marzo (últimas cifras publicadas) el 8,15%. La última vez que se superó el 8% fue en noviembre de 1994, cuando alcanzó el 8,01%. Algunos expertos consideran además que se podría alcanzar el 9%. El máximo de la serie histórica se situó en el 9,15% en febrero de 1994, apenas dos meses después de la intervención de Banesto.