Cavallo y López Rega, los antecesores de Kicillof

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Cavallo y López Rega, los antecesores de Kicillof

Axel Kicillof, el nuevo hombre fuerte del equipo económico del Gobierno argentino, se ha hecho popular en el mundo entero tras la expropiación de YPF, pero su figura de economista ilustrado con patillas de rockero tiene antecedentes conocidos en Argentina: José López Rega y Domigo Cavallo. Y no terminaron demasiado bien.

Para algunos Kicillof es, sobre todo, una réplica de José López Rega aquel brujo que fue valido de Juan Domingo Perón pero, sobre todo de su viuda, su segunda viuda María Estela Martínez que también fue presidenta tras el fallecimiento de su esposo. María Estela entonces, como ahora Cristina F. de Kirchner parece confiar más en un joven político emergente que en su experimentado gobierno.

La viuda de Néstor, al menos, confirma que a las presidentas argentinas sin esposo les gusta tener en su entorno figuras con estos tintes. Y con capacidad para movilizar colectivos que puedan tomar las calles.

Kicillof cuenta con el Colectivo Evita y La Cámpora, y con el apoyo de Máximo Kirchner, pero López Rega también tenía sus leales, aunque ahora sea una figura a quién el peronismo de Cristina F. quiere enterrar en la noche de los tiempos, fue ministro del reivindicado Hector Cámpora, y estuvo en el núcleo duro de la aquella regeneración.
Este Rega, tan peronista fue el muñidor, sin embargo, según se le atribuye en los textos de historia de la Alianza Anticomunista Argentina, que quería limpiar el país de todo progresista que asomara la cabeza.

Por éso a los izquierdistas clásicos del país austral todo este asunto de considerar que pueda existir algo parecido a un ala progresista en el peronismo les suena a música celestial. Le pasa sobre todo a los líderes históricos perseguidos por igual por los militares de derechas o los seguidores de Juan Domingo Perón. O a personas, más o menos, independientes como la diputada Elisa Carrió.

Carrió tuvo su momento, tras el corralito, cuando buena parte de la izquierda argentina se alejó por igual del peronismo, con el que los antiguos troskistas nunca se han llevado bien, y de los radicales de la UCR. Pero tras ser una candidata presidencial con el 14,5% de los votos hace cuatro años, es ahora sólo una diputada testimonial, pero lo tiene claro.

Doña Elisa piensa que desde hace siete años YPF estaba siendo vaciada, por Néstor Kirchner y Cristina F. de Kirchner en colaboración con los propietarios los Eskenazi, especie de testaferros que han querido cobrar una comisión demasiado alta por sus servicios y ahora se han quedado aparentemente fuera de la operación. A menos que se porten bien, tal y como les recomendó Julio de Vido, el ministro de Planificación que más parece el becario de Kicillof que cualquier otra cosa.

Pues bien, para doña Elisa Kicillof, a pesar de sus patillas, no es un líder político de calado. Es un tecnocráta, un contable. El tipo de personaje que puede representar lo que representó Domingo Cavallo para el país.

Según las peores lenguas de los ambientes financieros de Buenos Aires, el cuidó los intereses de Carlos Menem, el presidente que privatizó YPF y se ocupó de que los flujos de dinero y comisiones que se derivaron de aquellas operaciones fueran repartidos equitativamente entre todos los interesados. Y hasta propició un milagro económico al establecer la paridad entre el peso y el dólar.

Luego el contable volvió con De la Rua para repetir el milagro, pero fue expulsado a caceroladas tras haber tenido que implantar el corralito y admitir el fracaso de su milagro… Las cosas estaban tan mal que Kichner tuvo que recurrir a Roberto Lavagna, menos mediático pero quizá más serio y con poco aspecto de contable del dinero familiar.

Quizá por eso acabaran enfrentados. O quizá no. Pero, en opinión de muchos argentinos, tras deshacerse de él los Kirchner ha buscado a su Cavallo particular. Bodou no les sirvió…Es el momento de Axel Kicillof.

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